"La lengua
dicen
los chinos
es
como un cuchillo afilado
mata
sin
que corra la sangre”
(Anne
Sexton)
Se fue la luz
prendí una vela
callada
penumbra
tirantez
sentimos
las sombras
nuestras
sombras
tensión
maravillosa
nos
volvimos más claros
brillar
rojo
oscurecimos
sombras
incandescentes
nos
unimos en eléctrico pulsar
fijamos
las miradas
eclipsaron
nuestros soles
dilataron
las pupilas
nos
fijamos
las
bocas se entreabrieron
nos
aproximamos
sí
aproximate
más
seguí
mirándome
sin
pestañear
las
lenguas se rozaron
montaron
como caracoles
entrelazaron
deslizándose
húmedas
una
con otra
enredaron
se
probaron
desafiándose
cerraste
tus ojos
yo
no
me
quedé mirándote
sintiendo
tu lengua
tus
dientes
el
rocío de tus labios
recorrí
tu boca íntima
toda
mía
si
toda
toda
dulce
rotamos
las cabezas
para
hilar nuestros labios
agarré
tu nuca
esa
hermosa curvatura
de
tu cráneo posterior
entrelacé
tu pelo
y
con fuerza justa
obligué
a que nos fundiéramos
frenesí
de lenguas
salivantes
conquistadoras
lenguas
vivas
afilados
bichos
gelatinosos
No!
no
sé cómo
pero
te corté
Sí!
te
herí
lastimé
con mi lengua
te
abrí en dos
estoy
dentro tuyo
te
domino por completo
te
enciendo
soy
escalpelo
abro
un molusco
tus
valvas
copulo
con mi boca
sobre
tu boca
pero
seguís ahí
con
ojos cerrados
yo
no
no
puedo dejar de mirarte
admirar
tu entrega
quedarán
partes
de
mí en vos
quedarán
partes
de
nosotros
quemados
de
furor y desmesura
quedarán
partes
Marcelo Trumprer, 2016.
Producido en los talleres de Siempre de Viaje a partir de la lectura de Anne Sexton.
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