martes, 22 de diciembre de 2015

Desventajas y ventajas de usarme * Andrea Larrieu



Si venís a mí para buscar un abrazo cálido, lamento decirte que te estás equivocando. Ni bien me abras, vas a encontrar una niebla gélida que te dejará más helado que cuando llegaste. 
Soy rígida, insensible, témpano que nunca se derrite, soy blanca, transparente, escarcha que tapa los poros, glacial.
Si intentás transmitirme tu tibieza, tu calidez, ya te aviso que será inútil. Te la voy a quitar en unos segundos. Enfriaré tu aliento, tus manos tibias, tu cuerpo ardiente, hasta dejarte la piel amoratada, temblorosa, los miembros entumecidos, como si caminaras por el ártico descalzo y sin abrigo. 
No esperes el calor vehemente, el fuego apasionado, las chispas encendidas en los ojos, la piel sudada de una noche intensa. 
Nada de eso te daré nunca. Ni lo sueñes, no lo intentes. Terminarás siendo una estatua de hielo frígida.
Te aviso que hay una parte mía que no sólo te quita el calor. Te congela hasta la sangre, el cuerpo se petrifica y el corazón helado deja de bombear. Entendelo, soy la dama de hielo que fulmina el calor.
Ahora, si lo que buscás es un lugar fresco donde calmar el ardor de la vida, yo soy lo que necesitás.
No hay nada mejor que llegar a mí luego de transitar un desierto de sol intenso y arena árida que quema. Soy el oasis que vas a estar deseando.
Cuando tus días no tengan lluvia y la sequía esté a punto de rajar tu piel, en mí encontrarás un bálsamo, el agua que te arrancará la sed.
Alivio dolores, desinflamo, calmo. Golpes, quemaduras, hinchazón, cuerpo hirviendo, todos ellos encontrarán la cura en el frescor de mi cuerpo como un potente sedante. 
Tengo otras ventajas. Estoy siempre en el mismo sitio, no persigo ni molesto. Poseo varios  lugares para mantener vivo lo que desees: el agua fresca, la fruta jugosa, una torta con crema y chocolate. Atesoro tus delicias, protejo tus antojos, cuido tus necesidades, y te las entrego en el momento que vos quieras. 
Soy útil cuando me usan. Espero paciente a que vengan a mí. Vivo enchufada, quieta, pero eléctrica. 


Andrea Larrieu, 2015.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje a partir del Club de Lectura de Wislawa Szymborska y Circe Maia.


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