domingo, 12 de octubre de 2014

La maldita - Alicia Álvarez

La Maldita


Sorcière.
Umbría. Brazos retorcidos, anudados, las higueras.  Lavandas, hierbabuena, espinos. Se arbustan mis manos con  voracidad, maldita aceleración de mi sangre impía. Uñas afiladas rascan  en la cerrazón.
Hexe
La hojarasca cruje bajo mis zapatos. El aire rancio de bayas descompuestas  me respira asustadizo. Cicuta, mandrágora, nenúfar  y un poco de belladonna, ojos de serpiente. En mis pupilas, la malhadada intención que anticipa  un sapo.
Stregga
-¡Venid a mí!
-¡Venid a mí.    Oh, poderosas criaturas!
Demonios del bosque.
Aves siniestras,
Sombras tenebrosas,
Gnomos de la profundidad,
Guardián de los Infiernos.

¡Venid al aquelarre!
Levanto los brazos con majestad. Invoco tempestades, remolinos, vendavales, mares arrebatados, lluvias devastadoras.
Meiga
Arranco los harapos  de mi carne perversa. Convocatoria de la luna que  aúlla lobos. Danzo sin poder detenerme, desnuda, hambrienta, desenfrenada. Bailo, bailo entre lengua de fuego, vuelo, salto, caigo.
Mis antiguas manos, huesudas crispan el poder sobre el caldero de las pócimas.
Maldición centelleante. Conjuro de ponzoña lanzado a lo infinito, envenena mi sangre carroñera.
Soy gato negro erizado. Soy búho aterrador. Soy cuanto quiero ser.
Bruxa
Me desmorono en el suelo, los codos en la tierra. Arqueo mi columna, más aún. El pelo blanco se desprende a mi costado. Imantada a la tierra enmohecida, impedida de erguirme. Son mis manos, patas. Son mis piernas, patas. Se amarrona mi piel, se vuelve pelo. El mentón se contrae, la nariz y la boca se adelanta. Incisivos que roen. Orejas largas, agitadas al bisbiseo ínfimo.
Soy liebre obscena, impudente. Profana, lujuriosa, promiscua.     
            Soy
Sorcière
Hexe
Stregga
Meiga
Bruxa

BRUJA, BRUJA, BRUJA, BRUJA, BRUJA, BRUJA, BRUJA, BRUJA.

Olfateo estiércol. Rebotan cascos de caballo  sobre el suelo.
Un estertor desarticula  mi malicia extasiada. Silba en el aire, el filo del espada  sobre mi pata. Certera.
La mano astuta. Cien mil veces maldita. Mano precisa  que manca y aniquila mi dominio. Chillo malherida, me arrastro. Desangro en amarillo, verdes, grises.
La misma mano sujetando crines, empuña la fusta  y huye majestuoso, altivo con laureles.
Yo, liebre, agonizo entre las matas.
Sobre su cuello, mi pata descarnada.  En su pecho amoroso, buena estrella.




Alicia Álvarez, 2014.
Texto producido en los talleres de Siempre de Viaje.


Lauren Withrow


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