domingo, 26 de octubre de 2014

Karina Macció escribe sobre "Fogata eterna"


No soy experta en música ni rockera. Si fantaseé con algo, creo que fue más punk, aunque las tachas y la purpurina me fascinan en todas sus versiones; el pelo largo, los pañuelos y todo lo roto, también. No soy fan de Charly. No soy fan de nada tan concreto, excepto, quizás, el chocolate y la poesía. Y acá me contradigo, porque la poesía para mí abarca todo lo que nos hace sentir, vibrar, vivir. Entonces Charly entra cómodamente, él y todos los artistas que nos dan música, imágenes, letras. Como pregunta John en la introducción de esta antología, ¿a quién tenés en el soundtrack de tu vida? Y sí, García está: la provocación, el escándalo, el piano que suena hasta debajo de la lluvia, el oído absoluto, la obsesión, el balcón, el espasmo, la destrucción total, el resurgir. Y por sobre todo: la música, tan él su música que es imposible separarlo. Y eso fascina. Que sea posible percibir una traducción de cuerpo a nota, que sea posible verlo, sentirlo. ¿Cómo no vamos a tener alguna canción de él? Amado, odiado, está ahí, latente, y te hace acordar a algo, a quién fuiste en un algún momento. Por eso, festejemos esta Fogata Eterna, concierto de voces poéticas de Perú, México, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina.

Karina Macció, 2014.

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